Un emprendedor no debe regalar su trabajo
- impulso emprendedor
- 29 jun 2016
- 2 Min. de lectura

Un conocido ingeniero peruano nos envía ésta nota, que publicamos tanto por sus valores intrínsecos, como por el modelo de negocios que representa. Su firma –distribuidora de insumos eléctricos- tiene una página web donde brinda capacitación y asistencia técnica a profesionales y técnicos de la electricidad en Perú, con el objetivo de fidelizarlos y mejorar su competitividad. Todo un ejemplo virtuoso.
Para poder progresar en la vida se requiere que se den varias circunstancias, tema sobre el cual hay muchas teorías y se han escrito miles y miles de libros, sin despreciar que la suerte también juega un rol importante. Hoy nos vamos a referir en este artículo a un aspecto fundamental que es cuánto debo o puedo cobrar por una obra, instalación o reparación eléctrica, cuánto vale mi día de trabajo y cuánto cargar sobre los materiales, o si debo cobrar o no por pasar un presupuesto. Y este tema es un factor fundamental para asegurarnos que vamos a generar las utilidades que nos permitan crecer y desarrollarnos como personas y como empresarios.
Sin utilidades el negocio no es rentable y si el negocio no es rentable finalmente lo vamos a terminar abandonando o nos va a abandonar él a nosotros. Un negocio es rentable cuando nos asegura un flujo constante de trabajo y cuando nos da ganancias, es decir, cuando hay una diferencia positiva entre lo que cobramos por cada trabajo y los costos en que incurrimos, incluyendo en estos un sueldo razonable para el dueño o propietario y los impuestos que debemos pagar. Los trabajos también deben pagar por el riesgo que hemos asumido para su ejecución y durante el periodo de garantía que otorguemos.
Hay mucha gente que no toma esto en cuenta y sin pensar en el futuro se lanza a hacer trabajos u ofrecer servicios a precios absurdamente bajos y sucumben al “te pago tanto”, o son víctimas de clientes que someten al maestro a un regateo que lo único que le asegura a quien lo contrata es un pésimo trabajo. Hay clientes que hacen perder un tiempo enorme solicitando cotizaciones pese a que ya tienen decidido de antemano a quién van a contratar, y no faltan los que argumentan que fulano les cobra la mitad. Un consejo: si no puede negociar y que reconozcan el valor que usted está agregando a su trabajo, huya de ellos. Leer mas...
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